Códice Guadalupano III Parte

Por: Periódico El Ayate Guadalupano, Mons. Diego Monroy

14 / Nov / 2013

EL ANGEL

Inconfundible  el ángel que sostiene a la Señora del Cielo es indio.   No es un niño, sino un joven de semblante grave y adusto. Este joven guerrero águila pertenece a las de los Cuauhtli-Ocelotl, ejércitos del Sol. Sus manos en alto comunican el cielo con la tierra.  El ángel representa a San Juan Diego Cuauhtlatoatzin (el águila que habla) “El hombre fiel y verdadero” que nos enseña “El camino que llega a la Virgen Morena del Tepeyac”, palabras del papa Juan Pablo II; y en el pueblo de México, los tres colores de sus alas nos remiten  al ámbito de los sagrado, además de ser ellos, con el paso el tiempo, los colores de nuestra identidad nacional.

CABELLERA DE ANGEL

Una característica de los “macehuales” (Gente del pueblo) era rasurarse la cabeza y significaba “Ser merecido por la sangre de Dios”. Los recién bautizados en aquel entonces eran rasurados por algunas órdenes religiosas. Para distinguir las diferentes clases sociales, los indígenas se resuraban la cabeza en diferentes estilos. La iluminación del Ángel  emana directamente del cuerpo de la santísima Virgen e ilumina la parte superior de su cabeza y brazos.

NUBES

Para los tenochcas, las nubes que rodean la imagen se asocian con la altura, la elevación del espítiru e indican lo divino; además de simbolizar la vida. Anuncian la llegada de una nueva era en la que Ometeotl desciende a México. Esto nos recuerda en el pensamiento cristiano la encarnación del Hijo de Dios: “ El verbo de hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1,14) Jesucristo el Hijo de Dios, llegó a nosotros   a través de nuestra Señora de Guadalupe.  Ella como aurora luminosa, anuncia la salvación a estas tierras del Valle de Anáhuac.

EL AYATE (Tilma)

El Ayate donde se estampó la verdadera imagen de nuestra Señora de Guadalupe, perteneció al indio Juan Diego Cuauhtlatoatzin, mide 1.68 x 1.05 m, está elaborado con fibras de ixtle, de una textura imperfecta, contraindicado para pintar sobre el, Su durabilidad y conservación por más de 475 años es otro signo elocuente de su carácter divino. Se aprecian en él, a simple vista, las huellas del ácido que por descuido se derramó cuando se limpiaba su marco metálico.  El ayate de san Juan Diego Cuauhtlatoazin es el acta de nacimiento del nuevo pueblo mestizo.

FECHA DE APARICION

Diez años después de la conquista, la Señora del Cielo se hizo ver por el indio Juan Diego, en diciembre de 1531.  En el llamado en Náhuatl “Año Matlactli Omei Acatl” que quiere decir “Año 13 carrizo” que abarca del 2 de febrero de 1531 a 1 de febrero de 1532, el anterior regreso de Quetzalcóatl sucedió en 1519 a la llegada de los españoles.  Y en 1531 la conjunción de Venus-Quetzalcóatl tendría la plenitud de la trecena de días y trecena de años; para el Tenochca el número “13” es el número perfecto lleno de plenitud el doblemente “13”.  Es el nacimiento del Sol.

 

                                                                                                                          continuara...


 

 

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