Junio Mes del Sagrado Corazón de Jesús
Por: Apostoles del Sagrado Corazón
02 / Jun / 2013
Al meditar sobre el costado abierto de Jesús, traspasado por la lanza del soldado, vemos brotar sangre y agua (Jn 19,34). Este corazón abierto nos invita a descubrir el inmenso amor que inspiro toda la vida de Jesús y origina la devoción a su Sagrado Corazón. “El hijo de Dios me amo y se entregó a sis mismo por mí” (Ga 2,20). Nos ha amado a todos con un corazón humano traspasado por nuestro pecados y para nuestra salvación (cfr. Jn 19,34), por eso el corazón de Jesús es considerado por la Iglesia como el símbolo principal del amor con que Cristo ama a todos los hombres.
Para propagar la de devoción a su sagrado corazón, Jesús eligió a una humilde religiosa de la orden de la Visitación, santa Margarita María de Alacoque, en Paray le Monial, Francia.
Oración para ofrecer la comunión de los primeros viernes de mes
Corazón Sacratísimo de Jesús, que por el gran amor que nos tienes, te has dignado prometernos la perseverancia final y la gracias de no morir sin los santos sacramentos, haciéndote nuestro seguro refugio en el último instante de nuestra vida; con humildad te pido cumplas en mi tu promesa que tanta confianza y paz da a nuestros corazones. Yo por mi parte, te prometo unirme más a ti y trabajar para que tu amor triunfe en los corazones de los hombres. Amén
Promesas del Sagrado Corazón de Jesús:
- Les daré las gracias que necesiten en su estado de vida.
- Pondré paz en sus familias.
- Les consolaré en todas sus aflicciones.
- Seré su refugio durante la vida y sobre todo a la hora de la muerte.
- Bendeciré abundantemente sus empresas.
- Los pecadores hallarán misericordia.
- Los tibios se harán fervorosos.
- Los fervorosos se elevarán rápidamente a gran perfección.
- Bendeciré los lugares donde la imagen de mi corazón sea expuesta y venerada.
- Les daré la gracia de mover los corazones mas endurecidos.
- Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi corazón y jamás será borrado de El.
- La gran promesa: “Yo te prometo en la excesiva misericordia de mi corazón, que mi amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen 9 primeros viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final, que no morirán en pecado grave ni sin recibir los sacramentos, sirviéndoles mi corazón de asilo seguro en aquella hora”.